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Primeros dos capítulos de "Los Elegidos"




C A P Í T U L O   1



A lo lejos se veía el macizo del Esterel, cerré los ojos y dejé que la suave brisa del mediterráneo me acariciara el rostro, cómo estarán mis hermanos, cómo estará el castillo, el viñedo, la caballeriza, abrí los ojos y vi la muralla que rodeaba a la ciudad, ya estábamos llegando a Antípolis, después de 150 años al fin estaba de regreso.

Decidí llegar a un puerto privado esperando que la seguridad fuese mínima, tenía identificación pero prefería no tener que poner a prueba su validez, hojeé una última vez el pasaporte de todos modos, Leonardo Michalak, argentino, 34 años

La nave apagó los motores centrales que la mantenía a unos centímetros sobre la superficie del mar y descendió, se balanceó un poco al contacto con el agua, bajó la velocidad y pasamos por debajo de un arco que decía 'Port Vauban, Antibes'... Antibes, era cierto, ya hacía mucho tiempo que no se llamaba Antípolis.

Nos acercamos a la orilla del muelle y una grúa se desplazó y se posicionó sobre el barco, fuimos elevados y depositados fuera del agua sobre una plataforma, a los lados había estructuras con barcos amontonados unos sobre otros; uno de los marineros se acercó y me dijo que tuviese el pasaporte listo.

“¿La aduana?” le pregunté.

“No, la A.E.S. la Agencia Europea de Seguridad” respondió.

Era increíble lo difícil que se había vuelto mantener el anonimato en estos últimos años, decían que era por la inseguridad y las amenazas terroristas que hacían que las autoridades se volvieran más estrictas, paranoicas diría yo, pero en realidad todo comenzó a principios del siglo con la aparición de la globalización, las empresas habían encontrado una manera de expandir su poder con apoyo de los gobiernos y éstos, para complacer los intereses de las transnacionales necesitaban controlar a la población; el miedo resultó la manera más eficaz.

Era tan simple antes, la primera vez que fui a América a comienzos del siglo XX el anonimato era casi inevitable, podía cambiar de identidad cada vez que viajaba a otra ciudad, era perfecto. Supongo que aún se debe poder lograr en algunos lugares pero eso cambiará pronto.

Descendí las escaleras, dos agentes de la A.E.S. vestidos de civil me esperaban, estaban acompañados por dos policías, más allá en la entrada del puerto se veían dos policías más. Me acerqué al primero de los agentes.

"Bonjour, documents s’il vous plait” me dijo.

Le entregué mi pasaporte, lo escaneó con una especie de linterna de mano, luego me pidió que mirara directamente a ella, un haz de luz verde me escaneó el iris. Busqué al mejor falsificador para hacer este pasaporte, Livingstone se hacia llamar, me dijo que trabajaba para el gobierno y que sólo hacia un pasaporte al año, el agente levantó la mirada, me observó por unos segundos y luego le mostró el pasaporte al otro agente, Livingstone me advirtió que debía mantenerme calmado, 'con los nuevos equipos que tiene la policía pueden medir tus latidos a metros de distancia' me dijo y lo deben estar haciendo en este instante, si notaban un cambio brusco en mi pulso podrían sospechar que tenía algo que ocultar, si dudaban de la autenticidad de mi pasaporte no iba a poder mostrar ninguna otra documentación y si hacían una búsqueda a profundidad iba a ser la catástrofe.

Comencé a utilizar las técnicas de meditación que aprendí del Sanātana Dharma, despejé mi mente y me concentré en mi respiración.

El segundo agente miró mi pasaporte y dijo, “Excuser nous Monsieur Michalak” me lo entregó y añadió “Bienvenido a Francia.”

Desde que el español fue declarado idioma oficial de los Estados Unidos hace algunas décadas, su uso se había expandido tanto que era difícil escuchar otra lengua en el continente americano, me preguntaba si el inglés seguiría siendo el idioma internacional en Europa, parecía que no.

Mientras me alejaba los agentes comenzaron a discutir, mi pasaporte resultó ser un nuevo modelo que el primer agente no había visto. Livingstone estuvo a la altura de su reputación después de todo.

Al salir del puerto me sorprendió lo poco que había cambiado Antípolis, había mantenido su encanto a pesar de los años, había flores por todas parte, en los jardines públicos, en los balcones de los apartamentos; rosas, claveles, gardenias, tulipanes... me hubiese gustado caminar un poco y recorrer la ciudad, visitar los lugares que recordaba, pero ya habría tiempo, mi prioridad era ver a Lucio.

Lucio a diferencia de mí trataba de permanecer siempre en un mismo lugar, hasta donde sé había permanecido los últimos quinientos años en esta área, no sé cómo lo hacía, cuando has vivido tanto tiempo llega un momento donde necesitas un propósito, una meta que te empujé a seguir, yo decidí dedicarme a ayudar a los humanos, no desde el punto de vista material lo cual era fácil sino ayudarlos con sus problemas espirituales o más bien existenciales, tomar sus problemas como míos me distraía y me daba un propósito aunque fuera temporal; además yo nunca había podido pasar más de 20 años en un sólo sitio sin levantar sospechas, esa era una de las razones de mi regreso supongo, con las nuevas tecnologías y los controles de seguridad más estrictos, necesitaba una nueva manera de permanecer anónimo y Lucio me podía ayudar.

El Castillo estaba a dos días a pie pero no quería perder tiempo. Me acerqué a una casilla de información e introduje los datos, Chateau Bèla-Iscla, Alpes Marítimos. El sistema me pidió que escogiera el idioma, español, francés, ingles, mandarín, ruso. Escogí el español.

“Tiene tres medios para llegar al castillo, el más económico, el autobús terrestre número 8002 llegará en dos horas. El segundo, el autobús aéreo número 302 tardará 45 minutos y el tercer método, el taxi aéreo, tomará 12 minutos. ¿Qué método desea?” me preguntó el sistema.

No me gustaban los taxis aéreos, aún desconfiaba de la inteligencia molecular pero era el método más rápido.

“Taxi aéreo” dije en voz alta

El sistema me mostró el más cercano, estaba a unos 50 metros. Estacionado parecía un vehículo terrestre, sólo el nombre a los lados lo delataba, 'aero-taxi azur', me subí y en frente había una pantalla con la imagen de un rostro femenino, una voz me preguntó hacia donde quería ir, le di la dirección y le pagué. El taxi ascendió y comenzó a alejarse poco a poco del puerto.

Desde el aire el color del mediterráneo se veía en todo su esplendor, comenzaba por un suave turquesa que se iba transformando en un azul cielo y luego en azul oscuro. Pero sólo se veía así cerca de la costa, mar adentro era gris oscuro, casi negro. El color azul era logrado por tratamiento del agua constante y con la utilización de filtros láser, el mediterráneo profundo estaba contaminado y en gran parte muerto, era algo que jamás había logrado entender de los mortales, eran capaces de aislarse en un mundo artificial y convencerse a sí mismos de que todo estaba bien. Supongo que porque su vida era tan efímera que no les importaban  las consecuencias a largo plazo, era una lástima, la raza humana había logrado hacer cambios negativos más profundos al planeta en los últimos cien años que en los mil anteriores, y sin embargo no aprendían la lección, en su afán de tener más no les había importado destruir lo que ya tenían.

En todo caso era un buen día para volar, el cielo estaba despejado de nubes y no había tráfico, observando la ciudad desde arriba me di cuenta de que había cambiado más de lo que creía, las áreas verdes habían casi desaparecido y los bosques habían sido reemplazados por enormes conjuntos residenciales. La pantalla comenzó a titilar indicándome que ya estaba por llegar,  el castillo se veía igual que siempre, de lejos parecía una pequeña ciudad con sus torres, puentes y cientos de ventanas, tenía un lago artificial donde se veían patos y cisnes salvajes, de fondo se veían las montañas de la provincia francesa, una sonrisa se me dibujó en los labios y sentí una corriente calurosa que me recorría el cuerpo al pensar que iba a ver a mi hermano.

El taxi me dejó en frente de la entrada principal, había un muro de unos tres metros de altura cubierto en su mayoría por una enredadera, había también un par de cámaras de seguridad.

Me acerqué a la puerta y una pantalla se iluminó, escuché la voz de una mujer:

“Bienvenue au Château Bèla-Iscla” dijo.

“Bonjour Madame, je m'appelle Asael, Je voudrais...”

“Entrée s'il vous plaît” me interrumpió.

Era como si me estuviesen esperando, pero era poco probable. Se oyó un sonido electrónico y la puerta se abrió, comencé a andar por el largo camino, me pareció ver un insecto volador que me seguía pero observando de cerca descubrí que era un pequeño aparato, una especie de helicóptero en miniatura, al mirar con más cuidado vi que había varios patrullando la propiedad.

Siempre me gustó caminar por esta entrada, en especial en esta época del año cuando las chicharras llenaban de música a los olivos y se sentía el suave olor a lavanda. Había un ama de llaves esperándome en la puerta, me dio la bienvenida, me llevó a la sala de espera y me dijo que el señor llegaría pronto.

En el centro había un televisor de pantalla holográfica y un sofá en cuero que parecía un rompecabezas en tres dimensiones, pero lo más interesante era la decoración, el lugar asemejaba un museo de arte moderno con esculturas abstractas fotosensibles que cambiaban de forma dependiendo de la cantidad de luz que percibían, y cuadros neo-contemporáneos.

Escuché unos pasos pero no eran los de Lucio, apareció un joven de unos 25 años, cabello hasta los hombros, rubio y de nariz respingada, tenía un pantalón negro y una camisa de seda de color vino tinto que contrastan con sus cabellos largos y desordenados. Me extendió la mano y dijo.

“Buenos días, me llamo Loïc. Mi padre vendrá en unos minutos”.

“Encantado... ¿Te refieres a Lucio?”

“Así es, por favor tome asiento.”

Por unos instantes pensé que tal vez fuese adoptado pero su aspecto físico me impulsaba a creer lo contrario. No podía creer que Lucio hubiese vuelto a tener hijos, los siete habíamos prometido no volver a tenerlos por dos razones, la primera porque nuestros hijos no heredaban nuestra inmortalidad, eran simples humanos y tener que enterrar a nuestros propios hijos era una experiencia insoportable, no importaba que tanto nos hubiésemos preparado para ello, ese día nos dejaba una cicatriz en el alma que nunca sanaría; la segunda razón era el conflicto moral que podía representar a lo largo de los milenios encontrar una pareja que terminara estando emparentada con nosotros. Parece que Lucio cambió de opinión.

Loïc continuó:

“Es un placer para mi conocerlo Sr. Asael, mi padre me ha hablado mucho de usted.”

Algo no estaba bien, podía entender hasta cierto grado que Lucio hubiese decidido tener un hijo pero que además le hubiese hablado de mi, eso no me lo esperaba. En eso se escuchó una puerta seguida de unos pasos, ésta vez reconocí los pasos.

Lucio estaba vestido como siempre lo recordaba, pantalones holgados negros y una chaqueta blanca que parecía un kimono, todos teníamos una época favorita de nuestro pasado y Lucio fue un gran Samurai en el antiguo imperio japonés.

Se acercó, me miró a los ojos y pude ver que estaba sufriendo, 'Asael' me dijo y me abrazó, yo le devolví el abrazo, pude sentir su angustia.

Loïc se disculpó y nos dejó solos, Lucio me invitó a pasar a su oficina, la habitación entera era una biblioteca, las paredes estaban abarrotadas de libros, a un lado había dos sillones y una mesita en una esquina, y en el centro cerca de la ventana que daba al patio había un escritorio de cedro de apariencia antigua, y dos sillas.

Me quedé cerca de la puerta mientras él se acercó a la ventana, sin decir una palabra nos miramos por algunos segundos, analizando nuestras miradas, nuestros gestos. Después de conocer a alguien por tanto tiempo terminas por comprender muchas cosas sin necesidad de hablar.

“¿Qué sucede?” le pregunté

“No lo sabes ¿Verdad?”

“¿Saber qué?”

“Uzen-seera... está muerto.”

“¿¡Qué!?”

Sentí un escalofrío que me recorrió todo el cuerpo, ¿¡Muerto!?




C A P Í T U L O    2



Lucio seguía de pie junto a la ventana, con su mirada perdida en el horizonte, era curioso como siempre se comportó como un padre con nosotros, él aparentaba ser mayor que el resto y supongo que eso influyó a que le tuviéramos más respeto. Por varias décadas permanecimos juntos, pero a medida que pasaba el tiempo y que nos dábamos cuenta de que no envejecíamos, que teníamos todo el tiempo del mundo por delante, nos fuimos esparciendo poco a poco. Supongo que por eso él decidió quedarse en un solo lugar de manera de ser el punto de contacto entre nosotros, a pesar del tiempo y la distancia siempre pudimos mantener el contacto gracias a él.

“¿Cómo?” logré decir. 

Lucio tomó un suspiro profundo y dijo:

“Es mejor que te sientes...” me senté en una silla frente a su escritorio, él continuó “todo comenzó hace 30 años, Uzen-seera se apareció un día en el castillo y me pidió que lo ayudara, me dijo que había cometido un error y que no podía enfrentarse a las consecuencias. Ese error resultó ser un hijo, el niño tenía 15 años cuando lo trajo, su madre había muerto y él no se sentía capaz de criarlo. Yo le pedí que se quedara y que entre los dos criáramos al niño, pero él me decía que no podía, que no era capaz, que no soportaría verlo morir... que irónico... su nombre es Etan.

Uzen-seera se marchó pero se comprometió a escribirle, y lo hizo cada mes durante varios años, un día dejaron de llegar las cartas, yo no le di importancia pero Etan me pidió que fuéramos a buscar a su padre, su desesperación era tanta que acepté, él me acompaño, tardamos un par de meses en localizar su rastro, supimos que estaba en un pequeño pueblo al norte de Tailandia, cerca de Chiang Mai. Pero para cuando llegamos al lugar era demasiado tarde...”

Lucio tomó una pausa, se sentó en su escritorio y continuó:

“Entramos en la casa donde él debía estar y lo que encontramos fue su cuerpo inmóvil, reposando sobre la cama, yo traté de despertarlo pero no tenía pulso ni respiración, estaba muerto... pero a diferencia de los mortales su cuerpo no se descomponía, por ello no pudimos saber con exactitud cuándo falleció. Nos quedamos en ese lugar unos días, investigando y decidiendo qué hacer con el cuerpo, hasta que un día el cuerpo desapareció y en su lugar, en el mismo lugar y posición había polvo, era como si hubiesen dibujado su cuerpo con polvo, como si se hubiese incinerado en el sitio.”

Yo estaba escuchando las palabras de Lucio en silencio pero en mi mente había un torbellino de pensamientos y palabras que chocaban entre sí, nada de esto tenía sentido ¿Por qué después de miles de años uno de nosotros iba a morir?

“Apenas regresamos al castillo comencé el proceso de contactarlos, envié mensajes a todos los lugares habituales, templos, iglesias, hasta en la red, Etan está en estos momentos en Kenya buscando a Caleb y pensamos que él debe tener noticias de Seth, ellos acostumbraban viajar juntos. Hace un par de años Nikanur estuvo aquí y decidió ir hasta Chiang Mai para ver si podía averiguar un poco más sobre lo sucedido, pero me fue imposible comunicarme con Mikhal o contigo” dijo Lucio

Y cómo podía, hacía varios años que me había desconectado del mundo, decidí ayudar a una tribu indígena en el sur de Sudamérica y para ganarme su confianza tuve que vivir con ellos y como ellos, lo que significó aislarme del resto del mundo.

“Estuve moviendo cielo y tierra para contactarte, yo sabía que estabas en América y envíe gente para allá a buscarte, no tienes idea lo que me alegré cuando supe que estabas aquí” dijo Lucio

“¿Enviaste gente?”

“He creado un pequeño equipo de empleados leales. Es cierto que no hemos podido confiar en los mortales en el pasado, pero esta vez no tuve alternativa.”

“¿A cuántos les has contado?”

“Yo sé que prometimos no decirle a nadie después de lo que pasó en Roma, pero creo que las circunstancias lo ameritan. ¿De qué otra manera vamos a esclarecer lo que le ocurrió a Uzen?” dijo Lucio

Roma, cómo olvidarlo, antes éramos más abiertos a contar nuestro secreto, en el siglo I después de Cristo, estando en Roma, Lucio, Nikanur y yo teníamos un pequeño grupo selecto de discípulos a quienes le confesamos nuestro secreto, uno de ellos decidió vender la información al mejor postor, éste resulto ser el emperador Nerón. Su decisión fue acabar con nosotros, no aceptaba que pudieran existir seres más poderosos que él. Mientras él se refugiaba en su casa en la costa, en Antium, envió un grupo de soldados a atacarnos, pensaron que la manera más eficaz sería quemándonos vivos. Nosotros logramos escapar, pero un tercio de Roma fue quemada esa noche. A partir de ese día decidimos ocultar nuestra inmortalidad y en lugar de referirnos a nosotros como los inmortales escogimos una palabra menos delatadora, los elegidos.

“¿Y estás seguro de poder confiar en ellos?” pregunté

“La mayoría son reclutados a través de Etan, Loïc o Scarlet… además Loïc y Scarlet son mis hijos.” dijo Lucio

Lucio miró la expresión en mi rostro y adivinó mi pensamiento.

“Necesitamos ayuda Asael, necesitamos mortales para que podamos aprovechar las nuevas tecnologías y para que puedan viajar e investigar sin levantar sospechas, y a diferencia de los mortales de la antigüedad, lo que nos caracteriza no les atemoriza, todo lo contrario...”

Lucio se recostó del espaldar, apoyó sus brazos en la silla y bajó un poco la mirada. Era claro que estaba esperando mi aprobación, quería mi ayuda con la investigación y al mismo tiempo tenía razón, necesitábamos a los mortales.

Aún estaba tratando de digerir toda la información cuando tocaron a la puerta.

“Disculpen que los interrumpa pero tengo a Etan en la línea.” dijo Loïc

“Pasa la llamada aquí a la oficina.” ordenó Lucio.

Lucio me hizo señas para que me colocara a su lado. Presionó un botón sobre el escritorio y una pantalla se deslizó desde una ranura. Apareció un rostro en la pantalla, era un hombre de unos 45 años, de tez clara y cabello negro corto, las líneas de expresión marcadas le daban un aspecto varonil y tosco, tenía porte de líder.

“Hola Lucio” dijo Etan.

“Hola hijo, ¿Qué noticias tienes?”

Etan me miró y preguntó.

“¿Es seguro hablar?”

“Etan, éste es Asael.”

“Asael, que bueno que hayas aparecido ¿Ya llamaste al equipo que está en América para que regrese?” dijo Etan

“Loïc lo va a hacer, ¿Cómo está Caleb? ¿Está contigo?” dijo Lucio

“Está cerca, lo encontramos en un lugar bastante remoto, viviendo solo en unas cuevas, hemos estado varias horas tratando de convencerlo.”

“¿A qué te refieres?” dijo Lucio

“¡No habla! sólo está sentado en la cueva y nos observa sin inmutarse, le dijimos que debía venir con nosotros pero él actúa como si no nos escuchara, y cuando por fin decidió hablar, dijo ¡No!”

“Ponlo en el teléfono” ordenó Lucio

La imagen comenzó a moverse, no se distinguía nada excepto el color marrón del suelo. Luego todo se oscureció.

“Etan no vemos nada” dijo Lucio

“Lo sé, estoy en la cueva, no creo que haya suficiente luz para que puedan vernos, voy a poner el alto-parlante para que Caleb los pueda oír. ¡Listo!”

“Caleb, ¿Me puedes oír? Te habla Lucio”

“Levantó el rostro” dijo Etan

“Caleb, es Asael, ¿Me escuchas?”

“¿Lucio, Asael?” la voz de Caleb estaba un poco más grave de lo normal.

“No podemos darte detalles por teléfono Caleb, necesitamos vernos, Etan te va a traer al castillo y aquí hablamos.” dijo Lucio

“¡Asintió con la cabeza!” dijo Etan  “Debemos estar llegando esta noche, estaremos aterrizando en el aeropuerto de Cannes como a las 23 horas, y estaremos a las 0 horas en casa.”

“OK, nos vemos pronto.”

Lucio cortó la comunicación.

“¿Qué fue todo eso?” pregunté

“No lo sé” dijo Lucio

“¿Crees que Caleb perdió la cabeza?”

“Esperemos que llegue y dejemos que se explique”

Lucio se dirigió a Loïc quien se había quedado esperando cerca de la puerta.

“Por favor hijo, lleva a Asael a su habitación” luego me dijo  “Loïc te mostrará tu habitación, seguiremos la conversación más tarde.”

Yo quería seguir haciendo preguntas, pero no me caería mal un poco de tiempo para asimilar todo lo que me había dicho, me dirigí hacia la puerta y Loïc me mostró el camino. Pasamos por la sala de espera y nos dirigimos de regreso hacia la entrada, subimos al segundo piso por las escaleras de mármol, estaban recubiertas por una alfombra roja, una de las pocas cosas que aún conservaba el aspecto original del castillo. A lo largo de la escalera había fotos y cuadros de personas que no reconocí exceptuando una foto de Etan y una de Loïc.

Una vez arriba, seguimos hasta el final del pasillo del ala oeste, Loïc me abrió la puerta de una habitación.

“Esta será su habitación, en el armario tiene ropa y en el baño encontrará todo lo que pueda necesitar; como se imaginará hace tiempo que lo esperábamos..., bueno, al menos para nosotros ha sido mucho tiempo.”

Era extraño para mí escuchar como un mortal hablaba y hasta bromeaba sobre mi inmortalidad, Loïc se dirigió a la mesa de noche y tomó una pulsera de cuero negro y plata.

“Esta pulsera tiene un chip integrado que nos permite saber en que lugar de la propiedad se encuentra en todo momento.” Luego abrió la mesita de noche y sacó un teléfono.

“Yo sé que ustedes no utilizan teléfono, por eso conseguí este modelo en particular, no tiene funciones avanzadas, sólo necesita utilizar estos dos botones, el verde es para responder o hacer una llamada y el rojo es para terminar una llamada. Ya están configurados para comunicarse con los otros teléfonos por mandos de voz, si quiere llamar tiene que presionar el botón verde y luego decir el nombre de la persona. Por ahora están incluidos mi padre, Nikanur, Etan, Scarlet y yo, y ahora usted por supuesto. En caso de emergencia diga 'emergencia' y se comunicará con Arielle.”

“¿Arielle?”

“Si, es nuestro sistema central de inteligencia molecular, ella dirige las comunicaciones y administra el castillo.”

“Gracias Loïc.”

Loïc me respondió con un gesto de afirmación y salió de la habitación cerrando la puerta detrás de él.

En realidad era cierto lo que dijo Lucio, nosotros jamás hubiésemos podido utilizar todas estas tecnologías de un día para otro, estábamos demasiado acostumbrados a hacer las cosas a la antigua.

La habitación, como el resto de la casa, era una mezcla de arquitectura medieval con muebles modernos. Había un televisor holográfico más pequeño que el que vi en la sala de espera y al lado de la cama había un mueble que escondía una nevera repleta de bebidas y algunas frutas, me senté en la cama y ésta comenzó a moverse, me sorprendió, pero ya había visto antes una de éstas camas masajeadoras.

La habitación tenía vista al helipuerto, así vería cuando Caleb llegara ¿Cuánto tiempo hacía que no lo veía 150, 160 años? el mismo tiempo que tenía sin ver a Uzen-seera creo, sólo que a él no lo vería nunca más... aún recuerdo la última vez que los siete estuvimos juntos, estábamos aún en el medio oriente, no lejos del lugar donde aparecimos. Siempre fuimos unidos, pero al mismo tiempo teníamos maneras de ver la vida tan diferentes que era inevitable que cada quien tomara su propio camino tarde o temprano.

Lucio siempre quiso que nos quedáramos juntos o al menos cerca unos del otro, pero los otros seis no veíamos las cosas iguales, yo, apenas comprendí que no íbamos a morir, decidí recorrer el mundo, ver nuevos lugares, ver todos los lugares, y ahora que lo pienso creo que lo había logrado, no había un país en el mundo que no conociera o un idiomas que jamás hubiese escuchado, en realidad había pocas experiencias que no hubiese vivido.

Me cuesta creer que jamás estaremos los siete reunidos de nuevo, Uzen-seera está muerto, ¡Muerto! No puedo quedarme aquí sin hacer nada, tomaré una ducha y luego voy a ver qué más puedo averiguar.

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3 comentarios:

  1. Absa, tu libro "Los Elegidos" esta muy bueno! de esos libros que uno no puede parar de leer por las ganas de saber que va a pasar en la siguiente pagina. Es una historia impredecible y llena de sorpresas. Sentí que estaba viajando por el mundo, y en el tiempo mientras lo leía. Me encanto tu visión futurista de la tecno...logía y la fluidez de la historia que facilita la imaginación del lector.

    Definitivamente "Los elegidos" tiene todos los ingredientes para una buena película de ciencia ficción: Suspenso, amor, aventura, acción y variedad cultural, geográfica e histórica.
    Muchas gracias por el libro! Disfrute al leerlo, se lo recomiendo a todo el mundo por que tiene un poco de todo para satisfacer gustos diferentes. :)

    Eres muy talentoso como escritor, con seguridad le vas a llegar a mucha gente. Espero leer mas libros tuyos en el futuro.

    Un abrazo para tu familia tan bonita...:)

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  2. Un Proverbio Árabe dice: "Libros, caminos y días dan al hombre sabiduría", eso es lo que veo reflejado en cada palabra de este libro,es una magnifica historia no solo por todos los detalles futuristas,lo cautivado que mantienes al lector capitulo tras capitulo, y la gran documentación e investigación plasmada en esta obra,sino también por ese toque calma y equilibrio que logras trasmitir a través del personaje de Asael, sencillamente me encanto.

    Muchas felicitaciones y por supuesto muchos Éxitos, son todo tuyos!!!

    Abrazos!!!

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  3. Me encanto tu libro, me sedujo con sus aventuras y alto suspenso. Es una historia fantastica, llena de lugares y tiempos que cautivan. Nos permites viajar a traves de ellos. Tu imaginacion no tiene limites, invitando la del lector a divagar en los relatos y luego sorprendernos.

    Es una historia activa, y llena de emociones!

    Excelente libro cuñadito ;-) quiero mas!

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